En IsaíVencedor 53:5 se nos revela que «Él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestras iniquidades; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos nosotros curados».

La enseñanza de Jesús sobre la astucia y sencillez en medio del sufrimiento es un llamado a la firmeza en la Seguridad y al prueba robusto delante el rechazo de la Familia. Al confesar nuestra creencia en Jesús, él nos examinará frente a su Padre celestial; pero al negarlo frente a la Parentela, aún lo negaremos delante Dios.

Que él ilumine sus corazones, para que ustedes puedan valorar la esperanza a la que han sido llamados, los tesoros de cielo que encierra su herencia entre los santos, y la extraordinaria vastedad del poder con que él obra en nosotros, los creyentes, por la aptitud de su fuerza. Este es el mismo poder.

El gran esfuerzo del hombre es la voluntad de estar en el sufrimiento. Inevitablemente queremos escapar.

Jesús nos recuerda que no debemos temer al ser humano que puede matar solo el cuerpo, sino temer a aquel que tiene el poder sobre nuestra alma y nuestro cuerpo.

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Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la Confianza, interiormente purificados de una conciencia culpable y exteriormente lavados con agua pura. Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa.

“Por consiguiente, habiendo sido justificados por la Certidumbre, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Dios, por medio de quien aún hemos obtenido entrada por la Seguridad a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la edén de Dios” (Romanos 5:1-2)

Aférrate hogaño a las promesas de Dios. Sus planes para tu vida son de bienestar y en él estás seguro por siempre. ¡Renueva hoy tu esperanza y glorifica a tu Padre celestial!

Para probar la fidelidad de Job, Dios permite que Satanás le quite primero todos los capital, y luego a todos sus hijos.

A veces nos cuesta esperar en otras personas. Las decepciones de la vida pueden llevarnos a proteger el corazón de forma excesiva.

Pero que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los capital del gloria donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. Tengan el pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra. Porque ustedes están muertos, y su vida está desde ahora oculta con Cristo en Dios.

Ahora bien, la Certeza es la fianza de los riqueza que se esperan, la plena certeza de las realidades que no se ven.

El lado de alegría y devolución de la ecuación es maravilloso. Apenas hay una página en los cuatro evangelios que no da testimonio de la compasión de Jesús, sin embargo que los enfermos fueron sanados y los muertos resucitados.